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La Biblia Libre JRC: Libro de Juan. También llamado: “Evangelio de Juan”.

Capítulo 1a
*La difícil resurrección de Lázaro.

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(Revisión:18/3/2024)

11

(1) Por otra parte, había un enfermo; Lázaro de Betania, del pueblo de María y Marta, la hermana de ella. (2) Y era María la que ungió al Señor perfume, y limpió los pies de él con los cabellos suyos, hermana de Lázaro que está enfermo. (3) Enviaron entonces las hermanas ante él, ellas diciendo: “Señor, mira, a quien amas está enfermo”. (4) Y luego que lo escuchó, Jesús dijo: “Esta enfermedad no es a muerte, sino para la gloria de Dios, para glorificar al Hijo de Dios a través de ella”. (5) Y amaba Jesús a Marta, la hermana de ella, y a Lázaro. (6) Entonces cuando escuchó que está enfermo, como resultante permaneció en ese lugar dos días, (7) y después le dice a los discípulos: “Vamos nuevamente a Judea”. (8) Le contradicen los discípulos: “Maestro, ahora te buscan para apedrearte los judíos ¿e ir nuevamente allí?” (9) Responde Jesús: “¿No es verdad que doce horas tiene el día? Si alguien anda de día no tropieza, porqué la luz del mundo este ve; (10) pero si alguien anda en la noche, tropieza, porque la luz no es en él”. (11) Estas cosas dijo, y después le dice a ellos: “Lázaro el amigo nuestro está dormido, pero yo voy para despertale”. (12) Por lo tanto dijeron los discípulos a él: “Señor, si está dormido se sanará”. (13) Pero Jesús lo decía sobre la muerte de aquel; y estos de su dormir del sueño. (14) Entonces por lo tanto dice a ellos Jesús abiertamente: “Lázaro murió, (15) y me alegro por ustedes de que no estaba allí, para que crean; pero vamos a él". (16) Dice entonces por lo tanto Tomás, el llamado gemelo, a sus compañeros: “Vamos también nosotros, para que muramos junto a él”. (17) Entonces viniendo Jesús, lo encontró teniendo cuatro días en el sepulcro. (18) Betania está cerca de Jerusalén, como a 2.7 km; (19) y muchos de los judíos habían venido junto a Marta y María, para consolar a estas sobre su hermano. (20) Entonces Marta, como escuchó que Jesús venía, se encontró con él, pero María estaba sentada en la casa. (21) Entonces dice Marta ante Jesús: “Señor, si tú estabas aquí, no moría mi hermano. (22) Y ahora conozco que todo lo que le pida a Dios, Dios te dará”. (23) Le dice a ella Jesús “El hermano tuyo se levantará”. (24) Dice a él Marta: “Conozco que se levantará en la resurrección, en el último día”. (25) Dice a ella Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque muera vivirá, (26) y todo el que vive y cree en mí, nunca morirá en la eternidad ¿tú crees esto?” (27) Dice a él: “Sí Señor, yo creo que tú eres el Salvador, el Hijo de Dios que vino al mundo”. (28) Y dicho esto, se aleja y llama en secreto a su hermana María diciéndole: “El Maestro está presente y te llama a ti”. (29) Ella entonces cuando escuchó, se levanta rápidamente y se dirige junto a él. (30) Aún no había venido Jesús hacia el pueblo, sino que estaba todavía en el lugar donde se encontró con Marta. (31) Por lo tanto los judíos que están junto a ella en la casa consolándola, observando a María que se levanta y sale rápido, la siguen; honrando que va hacia el sepulcro para llorarle allí. (32) Cuando María vino donde está Jesús, viéndole, se postra junto a sus pies diciéndole: “Señor, si tu estabas aquí, no se moría mi hermano”. (33) Entonces Jesús cuando la vio llorando, y viniendo los judíos junto a ella llorando, se indignó en el espíritu y lo manifestó en sí mismo. (34) Y dijo: “¡¿Dónde le han puesto?!” Ellos le dicen: “Señor ven a ver”. (35) Jesús lloró. (36) Los judíos entonces decían: “Mirar como le amaba”. (37) Pero algunos de entre ellos dijeron: “¿No podía este que abrió los ojos del ciego, hacer que no muera?” (38) Jesús entonces nuevamente se indignó en sí mismo, llega hacia el sepulcro que era una cueva, y piedra lo tapaba. (39) Dice Jesús: “Quitad la piedra”. Dice a él la hermana del que había muerto, Marta: “Señor, ya huele, pues está en el cuarto”. (40) Dice a ella Jesús: “¿No dije a ti que si crees verás la grandeza de Dios?” (41) Quitaron entonces la piedra, y Jesús aparta la mirada arriba, y dice: “Padre, agradezco a ti que me escuchaste. (42) Yo sé que siempre me escuchas, pero por la gente que rodea yo dije, para que crean que tú me enviaste”. (43) Dijo esto a voz alta y clamó: “Lázaro ven aquí, afuera”. (44) Salió el que había muerto, atados los pies y las manos con vendas, y la cara envuelta en sudario. Dice a ellos Jesús: “Desatarle y dejarle ir”.

(45) Muchos por lo tanto de los judíos, los que habían venido junto a María, y habían visto lo que hizo creyeron en él. (46) Pero algunos de entre ellos fueron ante los fariseos y les dijeron lo que hizo Jesús. (47) Se reunieron por lo tanto los sacerdotes y los fariseos, en concilio, y dijeron ¿Qué hacemos? Porque este hombre, hace muchas señales; (48) si le dejamos hacer esto, muchos creerán en él, y vendrán los romanos levantándose contra nuestro lugar y la nación. (49) Entonces alguien de entre ellos, Caifás, siendo ese su año de Sumo Sacerdote, dice a ellos: “Ustedes no saben nada, (50) ni tienen en cuenta que es beneficioso a ustedes que un hombre muera para el pueblo, y no toda la nación se pierda.” (51) Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que siendo Sumo Sacerdote ese año, profetizó como está destinado Jesús a morir para su nación, (52) y no solo para su nación, sino para que los hijos de Dios dispersos se reúnan en uno. (53) Desde ese día por lo tanto, decidieron que le maten. (54) Entonces Jesús no pudo más estar abiertamente andando entre los judíos, sino que se aleja de allí hacia la región cercana del desierto, la llamada ciudad Efraín, allí permaneciendo después con los discípulos. (55)Estaba entonces cercana la Pascua de los judíos, y subieron muchos a Jerusalén de las regiones antes de la Pascua, para la purificación de ellos. (56) Buscan entonces a Jesús, y se decían unos a otros, estando en pie en el templo: “¿Qué piensan? ¿Qué de ninguna manera vendrá a la fiesta?” (57) Por entonces, habían dado los sacerdotes y los fariseos, órdenes de que si alguien sabe dónde está, informe, para detenerle.

(*)Traducción y adaptación por Javier R. Cinacchi (Biblia Libre JRC), puede utilizar esta traducción sin pagarme por derechos de autor de la misma si respeta lo siguiente leer aquí.


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** Notas: (A) En los originales, no hay títulos ni divisiones de capítulos o versículos; a este capitulo lo he llamado “Jesús es Dios, El Salvador anunciado y sus primeros discípulos”, porque es de lo que más se habla en él. Los títulos cambiarán en los capítulos, son todos añadidos como parte del trabajo de traducción y adaptación que hago, para su más fácil entendimiento. La división de números de versículos y capítulos ha sido añadida aproximadamente en el año 1550, y la respeto, porque todos nos acostumbramos a utilizarla para realizar estudios y mencionar partes específicas. Si tiene dudas de porqué traduje algo especifico lo remito primeramente a mis notas sobre la traducción de cada texto, recomendándole que comience por las notas del Libro de Juan, allí por ejemplo leerá que he optado por respetar los nombres según lo más popular admitido, por ejemplo utilizar Jesús y no por ejemplo Yahshúa, Yeshúa, o semejantes cuya pronunciación no es tan reconocido en habla hispana, e incluso también debatible la mejor forma de escribirlo.

Notas y comentarios de estudio sobre la traducción de este capítulo:
11:1-11 - 11:12-27 - 11:28-35 - 11:36-45 - 11:46-57

Autor principal y webmaster: Javier R. Cinacchi. En general Aclaraciones legales y politica de privacidad generales Copyright 2005-2023. Pero te reitero puedes utilizar mi traducción de la Biblia

En la Biblia dice:
(1) Muy dichoso aquel que no se guió por consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de burladores se ha sentado:
(2) Antes, en la Enseñanza de Yahweh está su deleite, y en su Enseñanza medita de día y de noche. Salmo 1.

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