Leer la novela online: El Grupo de los Diecinueve Jóvenes y la Primer Puerta.

Es la página 90 del libro.
—Hijo, hay muchas cosas que desconocemos… Tal vez son ilógicas para nosotros. Tal vez ajenas a la realidad, rosando la fantasía. Esto de tal manera que no lo cuentas porque al no vivirlo, aquellos que te escuchan; sabes, no te creerán. De hecho, no creería a alguien que me cuente tales locuras como las que mencionamos. ¿Le hacés un llamadito a la oficina, cariño? —Dice guiándole un ojo a su esposa en señal de complicidad, ante la fija mirada de asombro y expectativa de su hijo, mirada que le agradó. Añade—: Y trae lo que sabes, antes que me arrepienta.

—¡Y más te vale no pidas más cosas! —Dice el Señor Lafordio mirando a su hijo de forma seria. Añade:— Tu madre y yo nos pudimos haber perdido, incluso no sabemos bien qué pasó.

—Vamos a ir muchos juntos papá, y tomaremos todas las precauciones posibles, y aún más.

Teresa, la mamá de Marcos, se aleja con sonrisa y ojos brillosos. Tanto la madre como el padre están ahora como si pese a sus miedos, esperaran hace tiempo este momento especial, y no precisamente para decir “no”. Ignacio, se queda en actitud reflexiva. Marcos está a la espera de lo que sea le digan, le den, o hagan sus padres. Al fin de unos minutos su papá le dice:

—No te quedes ahí sentado mirándome. Calentá el agua del mate que hay mucho para contar.

Emerge el silencio de palabras y pensamientos entre padre e hijo en la espera. Marcos, está asombrado por el dialogo tan extraño surgido de tan solo pedir una ubicación de un lugar ¿Cuántas cosas les habrán pasado a sus padres y nunca le contaron? Se da cuenta que al parecer les ocurrieron cosas como al grupo. Llena la pava con el agua, la pone a calentar, cambia la yerba del mate mientras no deja de observar de reojo a su padre pensativo. Ya no está para nada enojado, sino como si de repente volviera a recuperar sus aires de juventud. Se lo nota preocupado, le quiere dar a su hijo lo mejor, pero a su vez teme de que le pase algo malo. No quiere defraudarlo, y cuidarlo al mismo tiempo. Y sin embargo sabe que él mismo, en su lugar, hubiera querido emprender esa aventura a toda costa. Se pregunta mientras las situaciones parecen avanzar solas ¿qué es lo que conviene hacer?