"¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?" La Biblia, Mateo 6:27.

Continuación del Estudio del Evangelio de Juan

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Escribe Javier R. Cinacchi en
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Última edición: 17 septiembre 2021
[Lectura: Evangelio de Juan 10:28-33]

Blasfemia - Salvación

(Para comprender bien este texto, además de leer el Capitulo 10 del Evangelio de Juan, le recomiendo asimismo leer el comentario anterior. Estudio del Evangelio de Juan por el autor Javier R. Cinacchi.

Jn.10:28 Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jn.10:29 Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Jn.10:30 Yo y el Padre una cosa somos.
Jn.10:31 Entonces volvieron á tomar piedras los Judíos para apedrearle.
Jn.10:32 Respondióles Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis?
Jn.10:33 Respondiéronle los Judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
RVA

En la nota anterior, se habló de la salvación y de que Jesucristo no pierde a ninguno de los que ha salvado. Aunque algunos opinan que la salvación sí, puede perderse.

(Jn.10:28.) Jesucristo es Dios, tiene poder, nadie se pierde de su salvación, una vez salvo. Es decir, una vez que está bajo el amparo de Dios la persona, Jesucristo ha decidido así: no se pierda ni uno de sus escogidos de entrar en el reino de los cielos.



(Jn.10:29.) No hay mayor que el Creador (el Padre), y lo que Él decide, eso será. Hay que tener fe, y la recomendación a tener en cuenta: No hay que apartarse de Dios, porque antes que uno se pierda, intervendrá de algún modo. Sabemos, Dios tiene poder incluso sobre la vida y la muerte. Una cosa es “dormirse” y otra “apartarse”, pese a que en general se les diga “apartados” en el común hablar, no es lo mismo; el apartado tiende a caer en algún tipo de blasfemia -no obstante hay posibilidad aún de arrepentimiento mientras viva-, el dormido aún conserva la diferencia, la marca de Cristo, pese a que no esté activo.

Luc 12:4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
Luc 12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
Luc 12:6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.

(Jn.10:30.) Jesús afirma ser Dios, una misma cosa él y el Padre, en el sentido de unidad. Algunos opinan que Jesucristo tiene un poco menos de autoridad que el Padre, parecería que así es, por ejemplo Jesús ora pidiendo que sea cumplida la voluntad de el Padre (Lc. 22:42). No obstante es uno con El, recibe alabanza, adoración, juzga, está desde antes de la creación, etc. Para un humano es su autoridad como la misma que el Padre. Pero personalmente no estoy seguro si en el reino espiritual tiene un poquito menos que el Padre, o la misma autoridad, están las dos interpretaciones de la Biblia.

(Jn.10:31-33.) Un ejemplo de apedrear hasta que muera, es por causa de la idolatría, lo tenemos en Dt.13:6-10. Blasfemia, significa algo así como una falta de respeto mentirosa muy grande a Dios, como por ejemplo hacerse pasar por Dios. El acto de apedrear era un juicio espontáneo, por causa de violar gravemente la ley religiosa judía. Tenían esta reacción frente a Jesús porque no lo consideraban Dios. Por tal motivo el responde diciendo que ha hecho muchas buenas cosas (milagros, señales de su divinidad), pero insisten que no es por las obras sino por sus palabras de decir ser igual a Dios que lo quieren apedrear. Esperaban al Salvador, lo tienen cara a cara, y no creen en él.



Sobre el apedrear, es otra de las leyes o mandamientos que al cambiar la cultura dejaron de tener vigencia -¿obvio verdad?-, en el sentido de que: no hay que apedrear a persona alguna. A lo largo de este estudio, varias veces se habló de cambios culturales. Hay cosas que cambian, y otras que no. No obstante el hecho de que no se apedree, no significa de que sea admisible por ejemplo la idolatría. Y el no aceptar a Jesucristo como salvador, es semejante a -diciéndolo de forma poética-: ser apedreado en la vida. No aceptar el gran sacrificio que Él realizó dándole vuelta la espalda es como una blasfemia que causa muerte espiritual; es decir condenación, serios problemas, y dolores en un momento determinado -en especial en la otra vida-.

Lo siguiente de algún modo a veces ocurre: Se aceptan los milagros hechos en el nombre de Jesús como algo bueno, o a la iglesia como algo positivo en general, pero rechazan a Jesucristo, a seguirlo adquiriendo para sí mismo el espíritu de su ley andando, en el camino cristiano.

Sin reconocer la unidad de Jesucristo con Dios, la persona no logra acercarse a Dios. Jesucristo es el que nos acerca al Padre, la ley si bien está cercana, no expresa el amor y la redención que en Jesús sí se encuentra. Jesucristo vino a traer salvación y a hacer muchas buenas cosas ¿lo acepta o lo rechaza? Algunos lo rechazan de forma violenta (fanáticos), otros de forma sutil; a ellos Jesús les dice: ¿por cual de todas mis buenas obras me rechazan? Otros sí lo aceptan como su Dios y siguen sus enseñanzas. ¿Cual es su postura? Solo hay una correcta.